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Desde hace mucho tiempo sabemos que el agua es esencial para la supervivencia y la homeostasis. Recientemente, estudios han demostrado la importancia del papel del agua en el mantenimiento del funcionamiento del cerebro. En este artículo, nos concentraremos en la evidencia emergente de los diversos efectos del consumo agudo de agua y la deshidratación sobre el estado de ánimo y la cognición.

Los últimos hallazgos de la industria muestran que la deshidratación afecta el estado de ánimo y la cognición y es particularmente relevante para las personas con una mala regulación de líquidos. Actualmente, Big Berkey Water Filters está revisando algunos de los avances recientes en los estudios conductuales de neuroimagen para la deshidratación. Los hallazgos se vincularán luego con los efectos conocidos del agua sobre las funciones vasculares, neuroquímicas y otras funciones hormonales.

La investigación cubierta aquí presenta una debilidad metodológica de una medición inconsistente en la evaluación cognitiva y la falta de una medición precisamente objetiva del estado de hidratación. También cubrirá otras lagunas de conocimiento relacionadas con diversos factores que influyen en los efectos de la intervención hídrica. Además, habrá una discusión sobre cómo las investigaciones futuras pueden aclarar el papel del agua en el mantenimiento de la función y la salud del cerebro.

Cada vez hay más evidencia que sugiere que los alimentos y bebidas que se consumen afectan tanto el rendimiento físico como el mental. La mayoría de los componentes de los alimentos sugieren efectos mentales y fisiológicos que se denominan " nutracéuticos " y "alimentos funcionales". Estos alimentos también se consideran la mejor manera de mantener una mejor salud y también de proteger a los humanos contra enfermedades y el envejecimiento patológico. A pesar de que el agua constituye más del 60-80% de nuestro cuerpo, también se ha pasado por alto como un factor que puede ayudar a influir en nuestro rendimiento mental.

Deshidratación voluntaria

La evidencia de investigaciones experimentales y encuestas públicas indica que los adultos mayores y los niños corren un riesgo significativo de deshidratación voluntaria. Estas personas siempre corren el riesgo de beber una cantidad insuficiente de líquidos, lo que provoca mucha deshidratación. Esta deshidratación se conoce como deshidratación voluntaria y generalmente ocurre por falta de información sobre la cantidad de líquido necesaria para un estado de hidratación equilibrado.

Suele ocurrir cuando no se tiene en cuenta la cantidad de actividades diarias. Otros factores que causan deshidratación son el clima porque contribuye a la variabilidad diaria en los requisitos de hidratación. La mayoría de las escuelas ubicadas en climas cálidos y los corredores experimentados deberían planificar formas de rehidratarse regularmente.

El equilibrio de líquidos dentro del cuerpo humano se mantiene a través de un mecanismo homeostático mediante el cual el agua pasa a través del sistema renal y modifica nuestra producción de orina. Siempre se recomienda la ingesta de agua corporal cuando uno tiene sed. Estos mecanismos son falibles en grupos vulnerables como adultos mayores y niños a quienes ayudan a mantener su estado de hidratación de manera adecuada. La hidratación inadecuada de los niños pequeños se debe a la dependencia de las carreras infantiles, lo que hace que el consumo de líquidos sea problemático. Otras cuestiones fisiológicas interpretan la respuesta de sed provocada por un mecanismo homeostático. Estos problemas pueden ser difíciles de abordar debido a la falta de experiencia con niños y al deterioro de la sensibilidad de los osmorreceptores en los adultos mayores.

Deshidratación y función cognitiva

Varias investigaciones sobre deshidratación y rendimiento mental se llevaron a cabo por primera vez en población militar. Muchos soldados están expuestos con frecuencia al calor extremo, lo que provoca deshidratación de diversa gravedad. Se pusieron a prueba las capacidades cognitivas de estos soldados, que incluían habilidad numérica, memoria a corto plazo, atención sostenida y función psicomotora que ayudaron a establecer si algún déficit en particular fue causado por cambios en el estado de hidratación.

Ha habido otros estudios posteriores en población general y militares que han apoyado la evidencia inicial de deterioros en las capacidades cognitivas con la deshidratación inducida. Algunos expertos han seguido cuestionando la evidencia que sugiere que la deshidratación afecta el rendimiento cognitivo humano.

Los estudios que miden los cambios autoinformados en nuestros estados mentales han encontrado muchas asociaciones entre los estados de ánimo y la deshidratación, que siempre van en colaboración con nuestros cambios en el rendimiento. A pesar de la gran variabilidad en los distintos métodos utilizados, también se han informado diversos estados de ánimo, como dificultad para concentrarse, menos alerta, tensión y fatiga. Estos estados de ánimo autoinformados son susceptibles a cambios en el estado de hidratación corporal y siempre ocurren independientemente de todas las formas de cambios en el rendimiento cognitivo.

Se han realizado estudios recientes sobre cómo varían los métodos de investigación y algunos han utilizado el grado de gravedad de la deshidratación como un factor crítico para determinar déficits significativos en el rendimiento cognitivo. La aplicación de diferentes métodos también ha dado lugar a diversos factores de confusión interpretativos. La evidencia también ha sugerido que el ejercicio puede mejorar el rendimiento cognitivo para ayudar a contrarrestar cualquier déficit causado por la deshidratación. Un aumento del núcleo calórico contribuido por el estrés por calor es una de las causas de tales déficits cognitivos.

Los estudios que han utilizado restricciones de líquidos para ayudar a inducir la deshidratación siempre están libres de diversos factores de confusión. Lo más importante es que los estudios han demostrado que los déficits cognitivos pueden estar asociados con un estado de deshidratación. Una conclusión más amplia de la investigación sobre la hidratación es que el ejercicio regular en nuestras actividades diarias puede ayudar a mejorar nuestro rendimiento mental.

Este blog invitado fue proporcionado exclusivamente para NeuroTracker por el equipo de Big Berkey Water Filters.

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