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Un nuevo estudio muestra que el calor del verano no sólo te hace sentir incómodo, sino que también puede perjudicar tus funciones cognitivas. Los resultados mostraron que incluso realizar operaciones matemáticas simples puede volverse más difícil.
Estudios anteriores habían encontrado que la productividad de los trabajadores es más alta alrededor de los 72 grados, pero por encima de los 80 grados la productividad comienza a disminuir. Un estudio reciente también encontró que los trabajadores en edificios de oficinas típicos, en comparación con los edificios con certificación ecológica, experimentan una caída en las funciones cognitivas. Es probable que este efecto sea algo de lo que no somos tan conscientes, debido a la temperatura gradual a lo largo del día, similar a la idea de hervir una rana.
Cuando se trata de días muy calurosos, incluso poder graduarse de la escuela puede verse amenazado. Un estudio realizado por el Programa de Economía Ambiental de Harvard encontró que los días sofocantes generalmente resultan en un peor desempeño en los exámenes.
Realizado en el brutal verano de 2016, que rompió dos siglos de récords de olas de calor en EE. UU., los investigadores de este nuevo estudio realizaron una prueba única colocando a los estudiantes en dormitorios calientes y frescos durante una ola de calor en Boston.
El clima creó las condiciones perfectas para la investigación, que colocó a la mitad de los jóvenes en edificios con aire acondicionado central, donde la temperatura del aire interior promediaba los 71 grados. La otra mitad tuvo que sudar en dormitorios en el sexto piso de un edificio antiguo y sin aire acondicionado. En estos dormitorios las temperaturas promediaban los 80 grados.
En total, 44 estudiantes menores y mayores de 20 años pasaron 12 días en los dormitorios de Boston. Cada mañana, los estudiantes debían realizar una serie de pruebas mentales en sus teléfonos inteligentes. Esto incluyó la clásica prueba de inhibición de Stroop, que implica identificar rápidamente los colores de las palabras, en lugar de las palabras que en realidad deletrean los colores. Se sabe que es una prueba de memoria de trabajo y velocidad de procesamiento. Otras tareas incorporaron la resolución de problemas matemáticos.
La mayoría de las demás investigaciones sobre el calor y el bienestar se han realizado con personas mayores, enfermas o muy jóvenes, ya que son mucho más vulnerables al calor excesivo. Dirigida por José Guillermo Cedeño-Laurent, investigador de la Escuela Chan de Harvard, esta prueba de resistencia representó el primer estudio de campo sobre cómo una ola de calor puede influir en individuos jóvenes y sanos.
Las funciones de memoria y la velocidad cognitiva de procesamiento fueron peores para los estudiantes húmedos que para sus homólogos fríos. Como lo expresó el Dr. Cedeño-Laurent,
"Encontramos que los estudiantes que estaban en los edificios sin aire acondicionado en realidad tenían tiempos de reacción más lentos: un 13 por ciento menos de rendimiento en pruebas de aritmética básica y casi una reducción del 10 por ciento en el número de respuestas correctas por minuto".
En la vida cotidiana, una disminución del 10-13% en las funciones mentales puede no parecer mucho. Pero cuando se trata de funcionar bajo demanda, puede tener un impacto significativo. Por ejemplo, al manejar un automóvil en situaciones potenciales de accidente, la velocidad de procesamiento puede ser un factor enorme en la toma de decisiones y en el tiempo de parada, razón por la cual el consumo de alcohol representa tal riesgo.
Otro factor es la idea de déficits acumulativos de funciones cognitivas en grandes porcentajes de la población. Como comentó el Dr. Cedeño-Laurent,
“Al hacer que los hallazgos sean identificables para cualquiera de nosotros, el tema del cambio climático se vuelve personal. Elegimos a propósito a esta población porque normalmente se la considera resistente a la exposición al calor, pero descubrimos que los efectos en ellos... son efectos que se pueden ver ampliamente en la población general. El cerebro es el centro de control de todos los procesos de nuestra vida.”
En términos de qué tan bien le está yendo a todo un país durante olas de calor prolongadas, las altas temperaturas podrían tener implicaciones significativas en los resultados educativos, económicos y de productividad.
Desde una perspectiva deportiva, el sobrecalentamiento también podría ser un factor importante en el rendimiento. Aunque físicamente los atletas pueden estar bien preparados para seguir adelante, mentalmente podría ser una historia diferente. Teniendo en cuenta que los partidos de fútbol en los EE. UU. pueden tener lugar en condiciones cálidas y húmedas, así como la cantidad de equipo que usan durante los repetidos episodios de estrés anaeróbico, el sentido del juego bien podría hundirse.
Aunque esto afectaría a ambos equipos, las estrategias de entrenamiento como NeuroTracker , que podrían desarrollar resiliencia cognitiva ante tales efectos, pueden proporcionar una ventaja competitiva fundamental.
El estudio fue publicado en la revista PLOS Medicine.
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