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Criar a los niños en la era digital puede tener ganas de caminar por una cuerda floja; en un lado, desea darles la libertad de explorar, y por el otro, se preocupa por que caigan en interminables horas de tiempo de pantalla. Todos nos hemos preguntado: "¿Estoy siendo demasiado estricto o no lo suficientemente estricto?" La buena noticia es que la investigación, incluidos los resultados del Dr. Daphne Bavelier , sugiere que algunos tipos de tiempo de pantalla, como jugar videojuegos de acción, en realidad mejoran las habilidades cognitivas como la atención y la toma de decisiones. Pero, ¿cómo nosotros, como padres, navegamos esta fina línea mientras aseguramos el éxito académico de nuestros hijos?
La tecnología está en todas partes. Desde plataformas de aprendizaje en línea hasta aplicaciones educativas, las pantallas ahora son una parte fundamental de cómo los estudiantes absorben información. Pero seamos honestos: nuestros niños no siempre usan sus dispositivos para estudiar . El encanto de las redes sociales, los videojuegos y los programas dignos de atracones es una tentación constante, lo que hace que sea difícil mantener un equilibrio saludable.
Al mismo tiempo, también reconocemos que las pantallas de prohibición directa no es la respuesta. Queremos que nuestros hijos desarrollen autorregulación e independencia, no solo siguen las reglas bajo nuestro ojo atento. Ahí es donde se encuentra el desafío: ayudarlos a desarrollar hábitos que promuevan el enfoque, el aprendizaje y el desarrollo cognitivo, sin sentir que somos los villanos en su historia.
Es fácil agrupar todo el uso de la pantalla en una categoría, pero la investigación muestra que los diferentes tipos de participación digital tienen diferentes efectos en el cerebro. El tiempo de pantalla pasivo, como desplazar sin parar las redes sociales o ver videos sin sentido, puede contribuir a la distracción y reducir los tramos de atención. Pero el tiempo de pantalla interactivo, como juegos de resolución de problemas, herramientas educativas o incluso ciertos videojuegos, en realidad puede entrenar habilidades cognitivas.
El Dr. Daphne Bavelier, un neurocientífico líder, descubrió que jugar videojuegos de acción puede mejorar la atención visual, la multitarea y la velocidad de toma de decisiones. Esto no significa que debamos fomentar las sesiones de juegos interminables, pero desafía la suposición de que todos los juegos son malos . De hecho, con moderación, los tipos correctos de juegos pueden servir como entrenamientos mentales, ayudando a los niños a desarrollar habilidades cognitivas más nítidas que apoyan el aprendizaje.
Encontrar el equilibrio correcto no se trata de reglas rígidas, se trata de guiar a los niños hacia los hábitos más saludables. Aquí hay algunas estrategias prácticas para ayudar:
En lugar de prohibir las pantallas directamente, cree una estructura que permita tanto el tiempo de estudio como el uso de la pantalla recreativa. Por ejemplo:
Cuando los niños entienden la razón detrás de estos límites, es más probable que los sigan.
Ayuda a los niños a diferenciar entre las actividades de pantalla que benefician a su cerebro y aquellos que no. Las aplicaciones educativas, los programas de codificación e incluso los juegos de resolución de problemas pueden ser valiosas. Mientras tanto, el uso excesivo de las redes sociales y el consumo interminable de video pueden drenar el enfoque y la motivación.
Pregúntele a su hijo: "¿Qué aprendió de esto?" Si pueden explicar cómo una actividad digital les ayudó a pensar, resolver problemas o ser creativos, es más probable que sea un tiempo de pantalla productivo.
Habiendo designado tiempos sin pantalla, como durante las comidas familiares, antes de acostarse o mientras estudia, los Helps refuerzan los hábitos saludables. La investigación muestra que la exposición a la pantalla antes de acostarse puede interrumpir el sueño, lo cual es crítico para la retención de memoria y el enfoque. Una regla simple como "No hay pantallas una hora antes de acostarse" puede marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y la función cognitiva general.
El tiempo de pantalla no debe reemplazar la actividad física, la interacción social o los pasatiempos creativos. Anime a su hijo a salir, practicar deportes o participar en actividades prácticas como dibujar o leer. El uso de la pantalla de equilibrio con el movimiento mantiene el cerebro y el cuerpo sincronizados.
Los niños a menudo reflejan los comportamientos de sus padres. Si nos ven pegados a nuestros teléfonos o computadoras portátiles toda la noche, es más difícil hacer cumplir los límites de la pantalla. Demostrando un uso tecnológico consciente, como guardar dispositivos durante las conversaciones o priorizar las actividades fuera de línea, puede alentarlos a hacer lo mismo.
Es natural preocuparse por el tiempo de pantalla, especialmente cuando escuchamos advertencias sobre distracciones digitales. Pero en lugar de ver la tecnología como el enemigo, podemos enseñar a nuestros hijos cómo usarla sabiamente, revelando sus beneficios mientras evita sus dificultades.
En lugar de centrarse en reducir el tiempo de pantalla , piense en aumentar el tiempo de calidad : tiempo dedicado a aprender, resolver problemas, estar activo y participar en conversaciones significativas. Cuando los niños aprenden a administrar sus propios hábitos digitales, obtienen la independencia y la disciplina que los servirán bien en la escuela y más allá.
Equilibrar el tiempo de pantalla y el tiempo de estudio no se trata de la perfección, se trata de progreso. Y con las estrategias correctas, podemos ayudar a nuestros niños a desarrollar hábitos de aprendizaje saludables y permanentes en este mundo digital.
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